El sector de la banca está en medio de una revolución sin precedentes. La tecnología, las nuevas expectativas de los clientes y la presión de competidores emergentes están transformando la manera en que operan las instituciones financieras.
A pesar de registrar 7 billones de dólares en ingresos globales y 1.1 billones de dólares en beneficios netos, según el informe anual de McKinsey, los bancos se enfrentan a desafíos que amenazan su sostenibilidad a largo plazo.
McKinsey destaca una realidad inevitable: solo aquellas instituciones que adopten una transformación tecnológica estratégica y optimicen sus procesos podrán mantener su competitividad en este entorno dinámico.
En el informe se identifican varios desafíos críticos que los bancos deben abordar para sostener su crecimiento y mejorar su rentabilidad:
1. Baja valoración relativa del sector: a pesar de las ganancias récord, los bancos siguen estando subvalorados en los mercados de capitales. La valoración promedio de los bancos continúa siendo baja en comparación con otras industrias, lo que refleja una percepción negativa sobre la capacidad de estos para generar un valor sostenible a largo plazo.
2. Competencia de nuevos jugadores: las fintech y las big tech (grandes empresas tecnológicas) continúan ganando terreno. Estas compañías han aprovechado su agilidad y tecnología avanzada para ofrecer servicios financieros que compiten directamente con los bancos tradicionales, presionando sus márgenes y capturando cuotas de mercado.
3. Digitalización y nuevas expectativas de los clientes: los consumidores esperan cada vez más experiencias digitales rápidas, seguras y personalizadas. Esto obliga a los bancos a invertir en tecnologías de vanguardia para mejorar la experiencia del cliente y optimizar sus procesos internos.
4. Productividad estancada: a pesar de ser grandes inversores en tecnología, los bancos no han experimentado mejoras sustanciales en productividad. Esto sugiere que las inversiones tecnológicas no se están traduciendo en eficiencia operativa, una cuestión que debe abordarse con urgencia.
5. Presiones regulatorias y ciberseguridad: las instituciones financieras están bajo una constante presión para cumplir con normativas cada vez más estrictas. Además, el aumento de las amenazas cibernéticas requiere que los bancos refuercen su defensa digital.
“Management quotient”: la clave del éxito
El informe introduce un concepto crucial para comprender el futuro de la banca: el “Management quotient” (MQ), o coeficiente de gestión.
Este indicador mide la capacidad de los bancos para administrar eficazmente sus operaciones, integrando la tecnología de manera eficiente, optimizando costos y mejorando la productividad.
Los bancos con un alto MQ son aquellos que logran transformar sus inversiones en tecnología en verdaderas mejoras operativas y de servicio, lo que les permite mantenerse competitivos frente a los nuevos jugadores del mercado.
El papel de la tecnología en sector bancario
McKinsey enfatiza que la tecnología por sí sola no es suficiente para generar crecimiento sostenible. El éxito radica en cómo los bancos gestionan sus operaciones tecnológicas, asegurándose de que cada inversión tenga un impacto tangible en la productividad y la rentabilidad.
A pesar de que el informe registra que los bancos invierten un total aproximado de 600 mil millones de dólares en tecnología para impulsar la eficiencia, en algunos mercados importantes (por ejemplo, Estados Unidos) está disminuyendo dicha productividad.
La inteligencia artificial podría cambiar esto, pero en la mayoría de los bancos, la IA generativa está actualmente en modo piloto. Y con ella vienen más gastos y más requisitos regulatorios, por lo que muchos bancos han adoptado una postura cautelosa.
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Cifras destacadas
A pesar de los desafíos, hoy, el 14% de los bancos representa el 80% de las ganancias económicas del sector, frente al 11% en 2013, según McKinsey. Esta cifra es casi cinco veces superior a la media de todos los demás sectores, donde el rendimiento está mucho más concentrado en unos pocos actores.
Además, el crecimiento de los ingresos de los bancos con mejor desempeño es 1,5 veces el crecimiento del PIB local, su relación comisiones-ingresos suele ser del 40% o más y su relación de eficiencia es inferior al 50%.
¿Cómo ayudan las soluciones de ManageEngine a abordar los retos del sector bancario?
Las herramientas de gestión de TI permiten a las instituciones financieras no solo optimizar su infraestructura tecnológica, sino también automatizar procesos, garantizar el cumplimiento normativo y mejorar la seguridad cibernética.
ManageEngine, con su ecosistema de soluciones de gestión de TI, es un aliado clave para que los bancos logren la tan anhelada transformación tecnológica. Conozca a continuación cómo puede conseguirlo:
1. Aumento de la productividad y automatización: como destaca McKinsey, el estancamiento en la productividad es uno de los problemas más apremiantes.
ManageEngine ofrece herramientas como ServiceDesk Plus y Endpoint Central que permiten a las instituciones financieras automatizar tareas repetitivas y mejorar la gestión de incidentes, lo que reduce significativamente la carga operativa y libera recursos para actividades más estratégicas.
2. Ciberseguridad y gestión de riesgos: las amenazas cibernéticas son un riesgo creciente en el entorno bancario, por esto es importante construir un escudo de ciberseguridad.
ManageEngine ofrece soluciones como Log360 para la gestión de registros y auditoría de seguridad, y PAM360 para la gestión de accesos privilegiados, lo que garantiza una protección robusta contra amenazas internas y externas.
3. Cumplimiento normativo: con regulaciones cada vez más estrictas, los bancos deben asegurarse de cumplir con una amplia variedad de normativas.
ManageEngine ayuda a las instituciones a cumplir con regulaciones de privacidad y seguridad como GDPR y PCI-DSS mediante herramientas de auditoría y control de acceso centralizado, lo que facilita la generación de informes y reduce el riesgo de la violación de la seguridad de los datos.
4. Gestión de Infraestructura de TI: la banca depende de una infraestructura tecnológica crítica para operar de manera continua.
Soluciones como OpManager y Applications Manager permiten la supervisión proactiva de redes, servidores y aplicaciones, ayudando a los bancos a prevenir interrupciones costosas y a garantizar un rendimiento óptimo.
La capacidad de monitorear en tiempo real y resolver problemas antes de que afecten el negocio es esencial para mantener la confianza de los clientes y la estabilidad operativa.
5. Mejora en la experiencia del cliente: las expectativas de los consumidores han cambiado, y los bancos necesitan ofrecer experiencias digitales fluidas.
Analytics Plus de ManageEngine, permite a los bancos analizar y mejorar continuamente la experiencia del cliente mediante el monitoreo de las interacciones y la retroalimentación, ajustando sus servicios para satisfacer mejor las necesidades del mercado.
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Conclusión
Tras analizar este panorama es claro que el futuro de la banca está en manos de aquellas instituciones que puedan adaptarse rápidamente y gestionar sus operaciones con eficiencia a pesar de los desafíos del sector.
La tecnología, aunque crucial, necesita estar respaldada por una gestión operativa sólida para ofrecer beneficios tangibles. No olvide que las soluciones de TI juegan un papel crucial en la transformación de la banca.
La gestión eficiente de la tecnología no solo mejora la productividad y reduce costos, sino que también protege a los bancos de las crecientes amenazas cibernéticas y facilita el cumplimiento normativo.
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