¿Te has visto Terminator? o si eres un poco más joven, ¿recuerdas a Auto en Wall-E, la máquina que manejaba la nave y de repente se reveló contra el capitán?
La IA nos ha mostrado su lado oscuro en la ciencia ficción pero… ¿hay algo de eso en la IA que conocemos hoy en día?
Actualmente la definición de la inteligencia artificial está basada en sistemas informáticos que puedan realizar tareas que requieren inteligencia humana, como reconocer objetos, traducir documentos en distintos idiomas, tomar decisiones e incluso crear arte.
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Si, es un poco decepcionante saber que no se trata solo de robots asesinos, sino de una tecnología con un enorme potencial para mejorar nuestras vidas. Pero, ¿cómo hace todo eso? Déjame ilustrarte con los…
Tipos de inteligencia artificial
Cuando hablamos de tecnología, sabemos que no será algo tan facil de… explicar. Y la inteligencia artificial no es la excepción. Esta tiene dos formas de clasificarse, por capacidades y por tipo de comportamiento.
Clasificación por capacidades
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IA estrecha (ANI): También conocida como “IA débil”, este tipo de IA se enfoca en realizar una tarea específica de manera excepcionalmente bien. Un ejemplo clásico es el software de reconocimiento facial en tu smartphone, que puede identificar personas con gran precisión.
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IA general (AGI): También conocida como “IA fuerte”, este tipo de IA hipotético tendría la capacidad de realizar cualquier tarea intelectual que pueda hacer un humano. Es como si imagináramos una máquina con la inteligencia y habilidades generales de un Einstein o un Da Vinci.
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Superinteligencia artificial (ASI): Este tipo de IA va más allá de la AGI, superando la inteligencia humana en todos los aspectos. Es un concepto que genera mucho debate ético, ya que se cuestiona si una máquina podría superar la conciencia y la moralidad humana.
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Clasificación por tipo de comportamiento
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Máquinas reactivas: Solo reaccionan a estímulos inmediatos, sin memoria ni capacidad de planificación. Por ejemplo: Un juego simple de ajedrez.
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Máquinas con memoria limitada: Poseen memoria para eventos pasados, lo que les permite tomar decisiones más complejas, como una aspiradora robótica que mapea el entorno por donde limpia.
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Teoría de la mente: Pueden comprender las creencias, intenciones y deseos de otros, tanto humanos como otras IA. Aquí ya se empieza a poner un poco turbio el asunto. Un claro ejemplo es un asistente virtual que puede anticipar las necesidades y gustos del usuario.
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Autoconciencia: El big boss de la inteligencia artificial, son conscientes de su propia existencia y capacidades, y pueden reflexionar sobre sí mismos. Por ejemplo, un robot que puede crear una “imagen mental” de sí mismo.
La IA tiene el potencial de transformar el mundo de maneras inimaginables. Es importante que nos preparemos para este futuro y que participemos en la construcción de un mundo donde la IA se use para el beneficio de todos.
Pensando en ese potencial de la inteligencia artificial, hemos desarrollado una guía de gestión de TI impulsada por la IA. Aqui encontrarás algunas recomendaciones para hacer de tus tareas rutinarias de TI, algo mucho más simple.
Aprovechar esta clase de herramientas es fundamental en el mundo actual. No queremos que las maquinas terminen gobernando y sea la IA la que nos diga: “Hasta la vista, baby”.