La nube pública puede ser la llave detrás de la transformación digital de Latinoamérica, pero también supone varios retos.
La computación en la nube ha sido revolucionaria. Ha cambiado la forma en que las compañías brindan infraestructura y servicios de TI escalables, costo-efectivos y flexibles. No menos importante, esta tecnología ha ayudado a nivelar el campo de juego entre las compañías más grandes y los nuevos competidores. Lo anterior ha posibilitado que estos últimos compensen su falta de presencia con innovación.
Adicionalmente, ofrece una gestión centralizada del almacenamiento y procesamiento de datos. Esto ha disminuido tanto los costos como las emisiones de CO2e.
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Las pruebas sobre las ventajas de la nube pública son abundantes. Desde 2018, el Departamento de Economía de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU (CEPAL) han publicado estudios sobre la conexión entre la adopción de tecnología digital y la productividad a nivel empresarial.
Estos beneficios han sido una razón por la cual el uso de la nube ha aumentado en Latinoamérica. No obstante, las condiciones que determinan la adopción de esta tecnología son variadas. Paradójicamente, también evidencian un patrón.
El cómo y el por qué de la adopción de la nube pública en Latinoamérica
Hace un tiempo, dedicamos un par de blogs a hablar sobre la transformación digital en Latinoamérica y cómo la pandemia de COVID-19 jugó un papel importante. A pesar de lo anterior, tampoco se debe desestimar la constancia de ciertas administraciones a la hora de sacar provecho de la nube pública y demás tecnologías digitales.
En colaboración con Amazon Web Services (AWS), FTI Consulting llevó a cabo una investigación sobre el impacto económico de la nube pública en Latinoamérica. El estudio se enfoca en seis países: Argentina, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay.
El contexto de cada uno de estos países es único, pero hay semejanzas. Por ejemplo, el acceso a banda ancha residencial en las regiones de América Latina y el Caribe creció a una impresionante tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 8,4% en los últimos diez años. Sin embargo, aún hay áreas que no tienen un acceso adecuado.
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Ante esta falta de acceso, ha habido proyectos de expansión tecnológica. En términos generales, estos tienen como fin garantizar la conectividad de banda ancha y la cobertura móvil para todos los ciudadanos por medio de una red centralizada.
Más allá de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, esta infraestructura digital más eficiente incentiva el aumento de la competitividad y la productividad. Esto no se limita a las empresas de comercio electrónico. Independientemente del sector en el que se desempeñen, hoy en día todas las organizaciones se benefician de la digitalización.
Los beneficios que la nube pública traerá a Latinoamérica
A través de su investigación, FTI Consulting proyecta que la nube pública traerá múltiples beneficios a Latinoamérica entre 2023 y 2038. Estos incluyen la generación de 8,6 millones empleos, un aumento del PIB de 195.100 millones de dólares, un ingreso laboral de 60.600 millones de dólares, un capital gubernamental de 39.900 millones de dólares y una reducción de 680.500 toneladas métricas de CO2e.
En lo que respecta a la creación de empleo, el sector más beneficiado por la adopción de la nube pública ha sido indudablemente el comercio mayorista y minorista. En materia de producción, el sector más beneficiados ha sido la manufactura.
Eso no es todo. El estudio también permite ver cómo ha sido la adopción de la nube pública en seis países de la región: Argentina, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay.
Argentina
A diferencia de la mayoría de países de la región, Argentina cuenta con una infraestructura de TI que facilita la adopción de la nube. Hoy en día tiene alrededor de 15 centros de datos de colocación activos y un centro de datos nacional. También posee varios negocios exitosos del sector servicios, tales como Despegar.com y OLX.
No menos importante, tiene una fuerza laboral tecnológica altamente calificada. Según el Índice global de ecosistemas de nube 2022 de MIT Technology Review Insights, Argentina consiguió el primer lugar entre los países en términos de capital humano.
Recientemente, las compañías argentinas también han estado invirtiendo en ciberseguridad. Según la Administración de Comercio Internacional, hubo una inversión de más de $60 millones en 2021. Quizás más importante, el 85% de las empresas argentinas planea invertir en ciberseguridad durante los próximos cuatro años.
Chile
Según el Índice global de ecosistemas de nube 2022 de MIT Technology Review Insights, Chile obtuvo el primer lugar en desarrollo de infraestructura, protección de datos, adopción de Internet, puntajes en matemáticas y más. No obstante, señala que el desafío de este país es mejorar el subsector de software como servicio (SaaS).
Hoy en día, el gobierno planea digitalizar los servicios públicos para 2035. Similar a lo visto en Argentina, la combinación de la política pública de Chile y la inversión privada en centros de datos de los principales proveedores de servicios de nube (CSP) posibilita un entorno favorable para una adopción masiva de la nube pública.
Colombia
En el Índice global de ecosistemas de nube 2022 de MIT Technology Review Insights, Colombia consiguió el puntaje más alto en “participación electrónica”. A pesar de lo anterior, el país ocupó el puesto 55 en general en la colocación de servidores de datos.
Esta infraestructura de TI insuficiente es el talón de Aquiles de Colombia. Aun así, FTI Consulting resaltó las iniciativas de Davivienda, Bancolombia y Rappi. Evidencian cómo las organizaciones pueden aumentar su flexibilidad, modernizar sus infraestructuras tecnológicas y ahorrar en gastos de capital con ayuda de la nube pública.
México
El caso de México es uno particular. Según Índice Global de Ecosistemas de Nube 2022 de MIT Technology Review Insights, el país obtuvo el puntaje más alto en compromisos políticos asumidos en ciberseguridad y protección de datos. Sin embargo, ocupó el puesto 49 en términos de calidad regulatoria. Y esta no fue la única ironía.
Como afirma MIT Technology Review, “México es el segundo mercado de IaaS más grande de Latinoamérica y consume un tercio de los recursos de nube de la región. Se espera que la adopción de la nube se cuadruplique de 6,3 mil millones USD en 2021 a 27 mil millones USD en 2027”. No obstante, la colocación de servidores de datos en relación con la población total ocupó el puesto 60 en la clasificación general.
Perú
En el Índice global de ecosistemas de nube 2022 de MIT Technology Review Insights, Perú consiguió el puntaje más alto en el número de graduados en ingeniería. El estudio también menciona que la autoridad reguladora minera de Perú está interesada en aprovechar la inteligencia artificial (IA) para predecir cortes de energía. Sin embargo, el país ocupó el puesto 69 en la adopción digital en el gobierno y las organizaciones.
Uruguay
Similar a Argentina y Chile, Uruguay tiene una base sólida para una adopción masiva de la nube pública. No solo tiene una de las tasas de alfabetización más altas de América del Sur, sino fuertes tasas de penetración de telecomunicaciones e Internet.
En el Índice global de ecosistemas de nube 2022 de MIT Technology Review Insights, Uruguay obtuvo el puntaje más alto en infraestructura y “adopción de ecosistemas”. Aun así, hay algunas políticas que pueden restringir la adopción de la nube.
Crear políticas que fomenten la seguridad de los datos sin frenar la adopción de la nube pública será clave para hacer realidad los impactos económicos de esta tecnología.
El futuro de la nube pública en Latinoamérica
La nube pública provee toda clase de beneficios para las compañías en Latinoamérica. No solo permite que sean más flexibles, lo que ayuda a atraer y retener mejores talentos. También simplifica los procesos, además de reducir tiempos y costos.
Las iniciativas mencionadas son importantes, pero dejan en evidencia que múltiples países de Latinoamérica aún no tienen la infraestructura necesaria para adoptar la nube pública de forma masiva. Esta no es una empresa sencilla, pero es el primer paso que todos los países de la región deben tomar para garantizar su transformación digital.