Imagine por un momento cómo sería su vida si no tuviera acceso a la tecnología, es difícil, ¿no? Porque a medida que van pasando los años, nos vamos acostumbrando a estar inmersos en ella y nos adaptamos a sus avances en un abrir y cerrar de ojos, casi por inercia.
Pero, en un principio la tecnología, era considerada un privilegio de unos pocos, no todos tenían acceso a ella, sin embargo, esta ha experimentado una transformación radical en las últimas décadas.
Lo que antes estaba reservado para expertos, grandes corporaciones y personas con un alto poder adquisitivo y conocimiento tecnológico, ahora se ha convertido en un elemento fundamental de la vida cotidiana para miles de millones de personas en todo el mundo.
Este proceso de apertura y acceso generalizado se conoce como la “democratización de la tecnología”. Un suceso que rompe con el paradigma tradicional en el que solo unos pocos tenían acceso y comprensión de las herramientas tecnológicas.
Con el surgimiento de computadoras personales, dispositivos móviles y el internet, se ha nivelado el terreno de juego. Tanto que hoy en día, personas de todas las edades y orígenes pueden acceder a información, educación y oportunidades que antes eran inalcanzables.
Según Gartner, la democratización de la tecnología significa proporcionar a las personas un fácil acceso a los conocimientos técnicos o empresariales sin necesidad de una amplia (y costosa) formación.
Acceso a la información y la educación
Una de las formas más tangibles en las que la tecnología se ha democratizado es a través del acceso a la información y la educación. Plataformas online, cursos en línea y recursos educativos en la web han permitido que las personas aprendan sobre diversos temas, independientemente de su ubicación geográfica o nivel socioeconómico.
La educación en línea ha ampliado las posibilidades de capacitación y crecimiento personal, brindando oportunidades a aquellos que, de otra manera, no habrían tenido acceso.
Hace unos años atrás, la ONU plateó 17 compromisos para un desarrollo sostenible y vasta solo con verlos para entender el rol de la tecnología en su éxito. Abarcan desde la pobreza, la salud, la educación y la sostenibilidad del planeta Tierra.
“La tecnología puede contribuir a proyectos de inclusión, equidad y alfabetización, asegura la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)”.
Empoderamiento de los individuos
La democratización de la tecnología también ha empoderado a los individuos al proporcionarles herramientas para expresarse, compartir sus ideas y crear contenido.
Las redes sociales, los blogs y las plataformas online han permitido que las voces antes silenciadas sean escuchadas a una escala global. Esto ha contribuido a un cambio cultural en el que las personas pueden influir en las conversaciones y en la toma de decisiones.
Innovación y emprendimiento
La tecnología ha allanado el camino para la innovación y el emprendimiento en una escala sin precedentes. Las startups y los emprendedores ahora tienen acceso a herramientas y recursos que les permiten crear y lanzar productos y servicios de manera más rápida y económica.
La democratización de la tecnología ha nivelado el campo de juego empresarial, permitiendo que las ideas brillantes prosperen independientemente de los recursos financieros iniciales.
¿Cuáles son los retos?
Aunque la democratización de la tecnología trae consigo una serie de beneficios, también plantea desafíos importantes. La brecha digital persiste en algunas regiones y comunidades, lo que significa que no todos tienen igual acceso a las oportunidades que ofrece la tecnología.
Además, la proliferación de información en línea también ha dado lugar a la propagación de noticias falsas y desinformación, lo que requiere una mayor alfabetización digital y un pensamiento crítico.
Según cifras del Banco Mundial, solo 4 de cada 10 latinoamericanos de zonas rurales tienen opciones de conectividad en comparación con el 71% de la población de zonas urbanas.
Además, en promedio, el costo de un plan de datos de solo 1GB representa el 2,7% del ingreso familiar mensual, y el costo del teléfono inteligente básico más barato disponible representa entre el 4% y el 12% del ingreso familiar promedio en gran parte de la región.
Estos costos desproporcionados para las poblaciones vulnerables, son muestra de que aún existe una gran brecha en cuanto acceso tecnológico en Latinoamérica.
Aunque la democratización de la tecnología ha sido un paso significativo hacia un mundo más equitativo y conectado, es esencial tener en cuenta todos los desafíos para garantizar que todas las personas tengan la oportunidad de beneficiarse plenamente de este avance.
La inversión en infraestructura digital, la educación tecnológica y la propagación de prácticas éticas en línea son pasos clave para asegurar que la tecnología siga siendo un instrumento de empoderamiento para todos.