Las TI pueden salvar el planeta

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Cuando pensamos en salvar el planeta, solemos imaginar paneles solares, autos eléctricos o gobiernos que adoptan políticas climáticas radicales. Rara vez nos imaginamos filas de servidores parpadeantes en un centro de datos o administradores de TI parcheando endpoints. Quizá deberíamos hacerlo. En el mundo actual, la intersección entre tecnología y sostenibilidad se está convirtiendo en algo imposible de ignorar... y la industria de las TI está en el meollo del asunto.
La verdad es que las TI son a la vez parte del problema y de la solución.
La huella de carbono del mundo digital
Empecemos por la incómoda realidad. La tecnología que impulsa nuestra vida cotidiana funciona sobre una vasta infraestructura digital que consume mucha energía. Los centros de datos consumen alrededor del 2 % de la electricidad mundial. Si a eso le añadimos la energía utilizada por los dispositivos de los usuarios finales, el hardware de red y los sistemas de refrigeración, las cifras aumentan aún más. Y ni hablemos de los residuos electrónicos.
En otras palabras, aunque la tecnología suele considerarse una industria limpia, su huella de carbono es cualquier cosa menos invisible.
No obstante, aquí es donde las cosas se ponen interesantes. La misma industria que contribuye al problema está en una posición única para corregirlo.
Las TI como facilitadoras de la sostenibilidad
La tecnología siempre ha tenido que ver con la eficiencia. Tanto si se trata de automatizar tareas repetitivas como de optimizar flujos de trabajo completos, las TI tienen el poder de reducir los residuos digitales y físicos. Ahora más que nunca, las empresas aprovechan este potencial para reducir costos y cumplir sus objetivos medioambientales.
Piense en el trabajo a distancia. El cambio repentino durante la pandemia no habría sido posible sin unos sistemas de TI sólidos. Si bien el trabajo a distancia tiene sus desventajas, también ha reducido significativamente los desplazamientos diarios y las emisiones que conllevan.
Se trata de un impacto real y medible impulsado por las TI.
Luego está la nube. Pasar de servidores on-premises a una infraestructura en la nube no solo mejora la escalabilidad, sino que puede ser más ecológico. Los principales proveedores de nubes están invirtiendo mucho en energías renovables y optimizando las cargas de trabajo para minimizar el derroche. Cuando se hace bien, la nube puede ayudar a las compañías a reducir su huella de carbono sin comprometer el rendimiento.
Sistemas más inteligentes, resultados más ecológicos
La conversación sobre la tecnología ecológica suele girar en torno al hardware, los dispositivos de bajo consumo, los chips de bajo consumo y los materiales reciclables. A pesar de lo anterior, no podemos pasar por alto el rol del software en la sostenibilidad.
Por ejemplo, las herramientas de gestión unificada de endpoints actualmente permiten a las organizaciones monitorear y controlar el consumo energético de miles de dispositivos. Los equipos de TI pueden automatizar los ajustes de ahorro de energía, controlar el tiempo de inactividad y apagar los sistemas fuera de horario. Todo esto se lleva a cabo desde un dashboard central. Eso no solo es inteligente. Es sostenible.
A mayor escala, las plataformas de monitoreo y análisis de TI pueden ayudar a las empresas a identificar a los acaparadores de energía en toda su red y optimizar el rendimiento. Con los datos adecuados, puede tomar mejores decisiones no solo sobre TI. También puede influir sobre el impacto medioambiental de su negocio.
Más allá de las herramientas: El cambio cultural
Sin embargo, ser ecológico no consiste solo en disponer de la pila tecnológica adecuada. También se trata de un cambio de mentalidad.
Cada vez son más las compañías que empiezan a reconocer que la sostenibilidad debe incorporarse a su estrategia de TI desde el primer día, en vez de añadirse como una ocurrencia tardía. Eso significa elegir proveedores que sean transparentes sobre sus fuentes de energía, diseñar procesos que reduzcan los residuos y capacitar a los empleados para que piensen conscientemente en cómo utilizan la tecnología.
Incluso las pequeñas cosas —tales como animar a los empleados a limpiar sus bandejas de entrada (sí, almacenar correos electrónicos antiguos consume energía) o apagar los VM que no se utilizan— pueden sumar. La sostenibilidad, como la seguridad, tiene que ser una responsabilidad compartida.
Entonces... ¿pueden las TI salvar el planeta?
¿Por su cuenta? Probablemente no. ¿Pero pueden desempeñar un rol importante? Absolutamente.
La TI ya no es solo un facilitador entre bastidores. Es un motor clave del impacto en el mundo real. Las decisiones que tomamos sobre la infraestructura, el software, la gestión de los dispositivos e incluso la política pueden contribuir al problema o ayudar a resolverlo.
Las decisiones que tomamos hoy, por pequeñas que parezcan, están configurando el futuro de nuestro planeta. Puede sonar dramático, pero es cierto.
¿Cuál es la buena noticia? Tenemos las herramientas. Tenemos los conocimientos. Si somos bien intencionados a la hora de utilizarlos, tendremos una oportunidad real de construir un futuro en el que la innovación y la sostenibilidad vayan de la mano.