Con la llegada de las computadoras y las primeras aplicaciones de gestión empresarial se tenia una forma simple de realizar cada uno de los despliegues. Se creaba una aplicación, se entregaba al mundo y se dejaba con esa única versión, sacando una nueva años después o simplemente dejando obsoleta la primera. Esto empezó a generar una competencia muy fuerte y cada dos años teníamos una nueva compañía con una nueva herramienta más fresca para el mercado.
Pero ¿cómo funcionaba? Resulta que las primeras aplicaciones o incluso en las pequeñas empresas se utiliza un modelo de desarrollo de aplicaciones monolíticas. Esto provocó que cada vez que se quería sacar una nueva funcionalidad se presentaba un problema con la aplicación ya creada anteriormente. El equipo de desarrollo tenia que volver a trabajar en toda la aplicación con un enfoque de desarrollo diferente que aceptara estas nuevas funcionalidades, dando un resultado favorable después de mucho tiempo.
Es aquí cuando la arquitectura de las aplicaciones monolíticas empezó a transformarse en microservicios. Los recursos que utilizaban una forma de trabajar basada en contenedores y cada contenedor tomaba una porción de sistema operativo sin afectar toda la aplicación para realizar un desarrollo mucho mas seguro. Como cuando estamos armando un lego; cada una de las piezas es un contenedor que se acopla y se desacopla de acuerdo con el gusto o necesidad.
Pero esto generó un nuevo reto con la llegadas de los kubernetes. Las infraestructuras de TI ya no estaban soportando de forma adecuada cada uno de estos nuevos elementos y cada una de las nuevas actualizaciones o mejoras que se estaban implementado como microservicios. Entonces con el crecimiento de las empresas y la necesidad de expandirse empezaron a buscar otras oportunidades que les permitiera crecer o decrecer tanto como se necesitara. Las tecnologías cloud como SaaS, PaaS e IaaS hacen su gran entrada a la industria.
Sobre todo con PaaS y IaaS las empresas vieron una gran oportunidad de crecimiento y “ahorro” ya que se estaban evitando problemas como la obsolescencia programada y obteniendo un mejor rendimiento en cada una de sus aplicaciones. Por ejemplo en las entidades bancarias (su modelo de negocio estaba asociado con el crecimiento continuo y las integraciones), que tienen que estar añadiendo y acoplando nuevos componentes a su infraestructura tecnológica para proveer a sus clientes el mejor servicio.
Cuando las empresas empezaron a migrar notaron un déficit en los presupuestos que se habían asignado inicialmente en las nubes, gastando casi el doble de lo calculado inicialmente. Las empresas se preguntaron ¿es realmente rentable? Tener una infraestructura completamente en nube es demasiado costoso para las compañías, por lo que nace el concepto de la infraestructura hibrida.
Con la infraestructura hibrida, se requiere personal técnico en menor cantidad y la nube no es tan costosa. Dejando los almacenes de datos en On-premises y la computación en la nube.
Nuestros equipos de TI ahora tienen una arquitectura bastante compleja la cual deben estar monitoreando de forma constante y brindando el soporte necesario para su correcto funcionamiento, pero con las siguientes complejidades;
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La resolución de problemas se vea afectada por la demora en hallar la causa raíz, gastando tecnología, recursos humanos y una gran cantidad de tiempo
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El sitio o aplicación durante ese tiempo de caída genera pérdidas
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El equipo de trabajo tiene una gran presión. No solo al no poder encontrar eficazmente la causa del problema, si no por la espera del cliente y la presión del área administrativa
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Es mucho más costos tener gente especializada en cada una de estas áreas en grandes grupos de trabajo
Lo que necesita es la observabilidad
Centralizar el monitoreo cada uno de los elementos de mi infraestructura, hablando de servidores, nube, dispositivos de red y sus consumos.
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Que nos permita ver el comportamiento de las aplicaciones de cara al cliente y que tan satisfecho esta el cliente cuando usa la aplicación
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Poder ver las transacciones sintéticas de las aplicaciones para identificar cuales tienen un tiempo de respuesta más elevado y con esta información poder trazar un plan de mejora
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Tener un syslog que permita analizar el comportamiento de cada uno de mis dispositivos y reconocer los patrones de una falla para anticiparse a ella
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Generar una documentación precisa de cada una de las fallas que se pueden llegar a presentar y generar flujos de trabajo automatizados para reducir aún mas el tiempo de respuesta de cada una de las incidencias
Pero lo más importante es poder ver todo esto desde una sola plataforma, que nos de la visualización de extremo a extremo.
A todo esto se le llama observabilidad y es la clave para una modernización exitosa en su empresa.
Conozca como Site24x7 se adapta a cada arquitectura y ofrece una observabilidad completa.