Las preocupaciones por los riesgos asociados al uso de dispositivos wearables cómo los smartwatch han venido creciendo en los últimos años. ¿Están las empresas de tecnología desarrollando dispositivos capaces de proteger nuestra información personal?

Pensando en esta pregunta y otras similares, se creó el Consejo para el Mundo Conectado (Council on the Connected World) en 2019. Se trata de una iniciativa del Foro Económico Mundial (WEF) que busca fortalecer las estrategias de seguridad cibernética y gobernanza del internet de las cosas (IoT).

Los dispositivos wearables brindaron gran cantidad de datos para la lucha contra la pandemia al registrar información relacionada con el estado de salud de los usuarios. En ese escenario y con el actual crecimiento de ciberamenazas, se espera que las próximas víctimas de ataques sean dispositivos de IoT.

Se estima que el mercado mundial de internet de las cosas llegará a superar los 154 mil millones de dólares para el año 2028.

Por esta misma razón, es imprescindible desarrollar estrategias de seguridad cibernética que se puedan aplicar desde el diseño de los dispositivos, de tal manera que los usuarios puedan tener la certeza de que su información se tratará de manera totalmente segura.

El Foro Económico Mundial presenta cinco elementos esenciales que se deben considerar desde el diseño de los dispositivos wearables y otros de internet de las cosas:

  • No deben tener contraseñas universales de manera predeterminada
  • Deben mantener su software actualizado
  • Deben tener comunicación totalmente segura
  • Deben garantizar que los datos personales están protegidos
  • Deben contar con una política de vulnerabilidades

La comunidad creada por WEF ha pedido a algunos de los fabricantes y proveedores más grandes del mundo que tomen medidas para mejorar la seguridad de su portafolio de IoT.

La Declaración de apoyo ha sido respaldada por más de 100 organizaciones de todos los grupos de partes interesadas, incluidas empresas tecnológicas líderes, organizaciones industriales, grupos de la sociedad civil y agencias gubernamentales de ciberseguridad.

Las aplicaciones de IoT, como cámaras térmicas conectadas, dispositivos de rastreo de contactos y dispositivos portátiles de monitoreo de la salud, brindan datos críticos necesarios para ayudar a combatir el COVID-19, mientras que los sensores de temperatura y el seguimiento de paquetes ayudarán a garantizar que las vacunas sensibles se distribuyan de manera segura.

Sin embargo, el uso de IoT en la lucha contra la pandemia también ha generado preocupaciones sobre la seguridad, la privacidad, la interoperabilidad y la equidad.

A medida que aumenta el uso de dispositivos conectados, también aumenta el potencial de amenazas cibernéticas, particularmente a medida que se identifican vulnerabilidades en los nuevos aparatos, lo que podría exponer a las personas a la piratería o a la fuga de datos personales.

Fomentar la educación sobre la seguridad cibernética, mejorar las prácticas de ciberseguridad en el diseño de los dispositivos y combatir la inequidad son algunas de las recomendaciones del WEF para facilitar un desempeño más seguro de los dispositivos de IoT.