Los desarrollos de inteligencia artificial corren a un ritmo vertiginoso, todas las áreas del conocimiento están sumergidas en el estudio de las múltiples posibilidades que la IA tiene para la solución de diversos problemas. ¿Cómo se está aplicando en el sector salud?

Con anterioridad ya hemos visto algunos ejemplos de organizaciones que están utilizando el potencial de la inteligencia artificial para evitar amenazas cibernéticas, mejorar su desempeño o incluso luchar contra posibles pandemias.

Sin embargo, un reciente artículo de la revista del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT Sloan Review) destaca los grandes avances que Mayo Clinic (una de las organizaciones de salud más importantes del mundo, con más de 150 años de historia) está haciendo al respecto.

En 2020 Mayo Clinic renovó su gestión de TI y creó un Centro para la Salud Digital (CDH – Center for Digital Health), un hub de transformación digital que empezó a utilizar los datos y la analítica asistida por IA para optimizar la experiencia de los pacientes, y ofrecer mejores diagnósticos y recomendaciones de tratamiento a través de canales digitales para todos sus pacientes alrededor del mundo.

La organización aprovecha el poder de la inteligencia artificial en diversas tareas administrativas (pago a proveedores, programación de citas para pacientes, etc.) y en ciertos espacios de especialidades como cardiología y radiología.

Uno de los usos más grandes que está haciendo esta institución médica, está en imagenología. Mediante modelos de ‘deep learning’ cuentan con herramientas capaces de reconocer ciertos diagnósticos en radiografías, por ejemplo.

Aunque Mayo Clinic ha usado modelos de inteligencia artificial propios y de terceros, aún está lejos de desarrollar un software capaz de abarcar múltiples especialidades, como podría hacerlo un médico internista, por lo que la IA se usa y se usará para asistir el rol humano, no para reemplazarlo.

No obstante, la IA aún no se usa del todo en la institución, pues muchas cosas están por definirse.  Quién gobernará los datos y bajo qué esquema, cuáles serán las mejores prácticas y cómo asegurar la confianza en el sistema, son algunos de los temas pendientes.

Hasta el momento la organización ha documentado más de 200 casos de uso de la IA, algo que ha logrado gracias a un juicioso proceso de estandarización de la tecnología y a un trabajo en conjunto con Google Health, una unidad del gigante tecnológico que fomenta alianzas entre instituciones médicas para desarrollar soluciones a temas globales mediante la investigación y el desarrollo (I+D).

Todos estos avances no habrían sido posibles si la organización no hubiese iniciado un proceso serio, constante y documentado de transformación digital. Gracias a ello ha construido modelos de uso de la IA que se han venido desarrollando paso a paso.

Tal vez el futuro de la salud estará en el campo de la inteligencia artificial. Mientras ese futuro llega, lo más importante que pueden hacer las instituciones de salud es seguir el ejemplo de Mayo Clinic.

Iniciar un proceso de transformación digital no exige contar con modelos de IA de inmediato. Implementar pequeños cambios y documentarlo todo en un ejercicio de mejora continua es más que suficiente.

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