Puede ser un lugar de alegría, pero también de tristeza.
Puede ser un lugar de conexión, pero también de desconexión.
Puede ser un lugar de aprendizaje, pero también de desinformación.
Las redes sociales nos han cambiado la vida, y si, ese discurso ya nos lo sabemos bien, pero hay algo que probablemente no sabemos, o si lo sabemos, lo estamos evadiendo.
Algunos problemas o amenazas están surgiendo en relación con el ambiente dentro de estas plataformas, pero comencemos aclarando algunos conceptos clave.
Las famosas plataformas digitales (soluciones online que permiten la ejecución de múltiples tareas en un mismo lugar a través de internet) son, para ponerlo en un contexto más cotidiano, como edificios.
Estos edificios tienen pisos. Podríamos pensar que cada piso es una red social. En estas distintas plantas, el edificio proporciona a las personas un espacio para reunirse y realizar diversas actividades.
Ahora que tenemos claros los dos conceptos con los que trabajaremos, sigamos con la parte preocupante.
El artículo “Rewiring Social Media: How to Make Platforms Better for Everyone” discute los retos que debe superar la industria de las redes sociales. Los autores señalan que estas herramientas tienen el potencial de ser una fuerza poderosa para el bien, pero que también han sido utilizadas para difundir la desinformación, promover el discurso de odio y poner en riesgo la privacidad.
Los autores identifican tres áreas clave en las que se necesitan cambios:
Una relación sana con la IA
Las redes sociales utilizan cada vez más la inteligencia artificial para tomar decisiones sobre qué contenido mostrar a los usuarios.
Aunque la IA ayuda a las redes sociales a ver el panorama general y a identificar tendencias, patrones y preferencias de los usuarios, los autores argumentan que es importante que estas plataformas utilicen la IA de forma responsable, de modo que no sea aprovechada para amplificar la desinformación o la discriminación.
Por esto mismo, la supervisión es crucial y nos encontramos con una gran ausencia de ella. Porque aunque sea difícil evitar las inclinaciones en esta tecnología al proporcionar información, podemos comenzar por educar a los programadores y al público sobre la existencia del sesgo en la IA.
Por ello, es importante que estas plataformas trabajen con gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para desarrollar mecanismos de supervisión efectivos. Siempre es bueno recordar el principio fundamental de las actuales herramientas impulsadas por IA y las próximas: cada plataforma de IA será tan buena como los datos con los que se entrena.
Intervenciones contra la desinformación
Las fake news son un fenómeno complejo que tiene múltiples causas. Entre las principales se encuentran:
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El acceso sin control a la información: Internet ha democratizado la difusión de información, pero también ha facilitado la propagación de noticias falsas.
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El anonimato: Los creadores de fake news pueden ocultar su identidad, lo que dificulta su identificación y sanción.
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La sobreabundancia de datos: La cantidad de información disponible en Internet es abrumadora, lo que complica la verificación de la veracidad de las noticias.
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La falta de regulación: No existe una regulación específica para prevenir la difusión de fake news en Internet.
Como consecuencia de estos factores, los usuarios se enfrentan a un entorno incierto. Esto dificulta que puedan confiar en el contenido que consumen y que puedan aportar calidad informativa.
La desinformación es un problema creciente en las redes sociales y los autores argumentan que las plataformas deben hacer más para combatir la desinformación, por ejemplo, educando a los usuarios sobre cómo identificarla, penalizando el clickbait y moderando los contenidos.
Nuevos ecosistemas de plataformas
Las plataformas de redes sociales actuales están dominadas por unas pocas empresas grandes. El artículo recalca que es importante fomentar la competencia en la industria de las redes sociales, de modo que haya más opciones para los usuarios y se reduzcan los riesgos de monopolio.
Como alternativa a los modelos de negocio tradicionales, han surgido una serie de plataformas descentralizadas. Estas plataformas utilizan software gratuito de código abierto, lo que significa que cualquiera puede contribuir a su desarrollo.
Las plataformas descentralizadas tienen una serie de ventajas potenciales. En primer lugar, mantienen el poder y la toma de decisiones de los usuarios. En segundo lugar, hay menos riesgo de desinformación y discurso de odio ya que los usuarios pueden elegir las comunidades a las que pertenecen. Y en tercer lugar, pueden dar lugar a características más innovadoras.
Es importante señalar que no existe una solución única para todos los desafíos que se están presentando con las redes sociales. Sin embargo, es claro que es necesario un cambio.
El éxito de las redes sociales depende de su capacidad para abordar estos desafíos. Si las plataformas no toman medidas para mejorar la responsabilidad, la transparencia y la competencia, es probable que sigan creciendo como una fuente de problemas sociales.