Cuando hablamos del concepto de ‘calidad’ hacemos referencia a un conjunto de características que generan valor para quién los utiliza y marca una diferencia en comparación a la oferta de un producto o servicio estándar, en síntesis es un símbolo de excelencia o mejora. Ahora la pregunta seria: ¿de que forma podemos medir o analizar la calidad en una red? y ¿a qué hace referencia el acrónimo QOS Quality of Service (calidad de servicio)?
Lo primero que debemos entender cuando hablamos de redes es conocer la red más grande y compleja de todas: “La Internet ” o la unión de todas las redes por la que día a día nos conectamos de distintas maneras para consumir servicios de voz datos o video y que hace parte fundamental de los hábitos de consumo de gran parte de la población mundial. Pero como todo en un inicio, su razón fundamental se transformó hasta convertirse en lo que todos conocemos al día de hoy.
Internet nació como un proyecto de origen netamente militar orientado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que permitía compartir datos mediante distintas ubicaciones. Esa fase inicial (conocida como Arpanet) tuvo un gran éxito y fue posteriormente implementado en otras organizaciones de tipo gubernamental: centros de investigación y áreas financieras, entre otros.
Rápidamente con la aparición de los servicios web usados mediante un navegador (Google Chrome, Mozila Firefox o Internet Explorer en su momento), Internet permitió que usuarios de todas partes del mundo empezaran a usar de forma masiva ordenadores y a consultar información de forma mas fácil y rápida haciendo uso de protocolos de transmisión conocidos como HTTP.
En la actualidad HTTP no es el único protocolo disponible y existen un sinnúmero de servicios que se transmiten de múltiples formas a través de la internet y que demandan capacidad y disponibilidad para realizar el envío de datos. Por esta razón también aparecen conceptos como el ancho de banda, que si lo llevamos a una analogía fácil de entender se podría interpretar como el tipo de carretera por donde pasa un automóvil (datos). Mientras más ancha es la autopista, más fácilmente se mueve el automóvil, más fácilmente se transmiten los datos.
El creciente aumento de la necesidad de más ancho de banda para garantizar que sus servicios se comporten de la forma esperada ha llevado a que se presenten grandes desafíos. Los usuarios no solamente utilizan internet para su trabajo, también lo usan para navegar en redes sociales, reproducir multimedia en plataformas de video como youtube o descargar información de múltiples sitios en internet.
Todo esto también satura el ancho de banda que en primera medida fue planificada para los servicios de las compañías exclusivamente. Aquí donde gana importancia el concepto de Quality of Service (QOS o calidad de servicio) en las conexiones. Así se puede entender cuanto ancho de banda consume cada tipo de servicio, con que frecuencia lo realiza y determinar si es un servicio orientado al negocio o al ocio.
El protocolo Netflow aparece ante una necesidad de tener visibilidad y monitorear las redes cada vez mas complejas de entender. Toda la información de transmisión se encuentra en los paquetes IP y este protocolo permite identificar quién transmite, quién recibe los datos, si la comunicación es orientada a la conexión mediante TCP o sin verificación de transmisión mediante UDP y lo mas importante; definir que tipo de servicio esta realizando el consumo.
De esta forma es mucho más fácil para quienes gestionan la red priorizar qué tipo de tráfico debe tener permisos de envío con mayor nivel en comparación a otros. Esto se logra mediante etiquetas que permiten clasificar el tráfico y brindar la disponibilidad de ancho de banda que se necesita, reduciendo el tráfico de ocio que en muchas ocasiones es permitido en exceso por malas configuraciones de la red.
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