Si la transformación digital está acelerada y corriendo a un ritmo imparable, el metaverso va mucho más rápido. En esta publicación exploraremos seis tendencias que están abriendo el camino al futuro del metaverso.
No hay un solo metaverso. Cada empresa puede crear su propio espacio. Un metaverso es, en resumidas palabras, una plataforma que busca ampliar la experiencia digital del usuario mediante diversas alternativas.
Decentraland y The Sandbox son ejemplos de plataformas en las que algunas compañías han creado sus propios universos, facilitando espacios digitales exclusivos para sus seguidores y clientes, ofreciendo además, nuevos servicios.
Cualquier experiencia digital inmersiva, que acerque el mundo digital a una experiencia física, es parte del metaverso. La realidad aumentada o la realidad virtual son algunos ejemplos. Según Bloomberg, el mercado del metaverso llegará a superar los 780.000 millones de dólares en 2024. Por ello este tema avanza tan rápido, y por eso mismo es importante mantenerse actualizado.
Una publicación reciente de PricewaterhouseCoopers (PwC) presenta las seis tendencias que están abriendo paso a un crecimiento acelerado del metaverso. A continuación desglosamos lo más importante.
Confianza mediante automatización: Gracias al Internet de las Cosas (IoT) y al desarrollo de tecnologías en blockchain, es posible seguir por ejemplo, el funcionamiento de una cadena de abastecimiento.
Todos los datos se van consignando en una cadena de bloques que es inmutable, y esto garantiza que los bienes pasan por todos los niveles necesarios, y que la cadena de abastecimiento está trabajando de acuerdo con los estándares establecidos.
Realidad extendida: La realidad aumentada (AR), la realidad virtual (VR) y la realidad mixta (MR) hacen parte de la realidad extendida (XR), en la que están todas las tecnologías inmersivas que mezclan el mundo físico y el virtual.
Una empresa que aún no tenga el músculo financiero para desarrollar su propio metaverso, puede invertir en crear aplicaciones de realidad aumentada para que sus clientes puedan, por ejemplo, ver cómo quedará su habitación si compra ese mueble nuevo. Estas son experiencias digitales inmersivas, que van camino al metaverso.
Interfaces inmersivas: Las interfaces inmersivas buscan ofrecer una comunicación más directa y simple entre las personas, los computadores y los ambientes digitales. Buscan acercar al usuario al mundo digital aprovechando el sentido del tacto, humanizando las interacciones con la tecnología.
Sistemas como haptic technology, permiten que el usuario que interactúa con un ambiente digital, no solo pueda verlo mediante el uso de lentes de realidad virtual, sino que además pueda ‘tocar’ ese ambiente y tener una experiencia más ‘sensorial’.
Trabajo autónomo: Hemos aprendido a transformar las tareas manuales y operativas, en procesos automáticos, al aprovechar las ventajas de la tecnología. El trabajo autónomo no solo cumple con algunas tareas de manera automática, sino que es capaz de coordinar complejos flujos de trabajo con una mínima o nula participación humana.
Aunque este escenario de trabajo autónomo no está aún en el horizonte cercano, es muy probable que siga evolucionando. A largo plazo este tipo de tecnología aumentará la productividad de las empresas y les permitirá obtener insights fundamentales para transformar sus modelos de negocio en la medida en que sea necesario.
Reflejo digital: Se trata de una representación virtual de una serie de procesos físicos interdependientes y complejos. Se trata de simular escenarios que incluyen elementos físicos para anticiparse a los posibles resultados.
La emulación de estos escenarios evitará que las empresas gasten dinero en proyectos piloto y facilitará la toma de decisiones basada en datos arrojados por las simulaciones.
Redes hiperconectadas: se basan en una infraestructura de redes e IoT para procesar información a velocidades vertiginosas a fin de conectar de manera inteligente a numerosas personas, dispositivos y sistemas.
Con el volumen de los datos creciendo día a día, se hace indispensable contar con redes ‘inteligentes’ capaces de saber distribuir los datos y facilitar la comunicación entre las distintas partes, creando un ambiente de red mucho más eficiente.
Todas estas tendencias están vinculadas de una u otra manera al desarrollo del metaverso. Dar el primer paso es esencial de cara al futuro: la competencia será feroz en un mercado de más de 780.000 millones de dólares.