Tecnologías verdes: la carrera mundial por un mismo objetivo

Ya hemos hablado sobre la transformación digital, metaverso e incluso sobre cómo la tecnología también puede ser una gran fuente de contaminación; incluso hemos recomendado algunas formas en que puede mejorar el desempeño de su organización en este tema.

Aun así, ¿cuenta con algún tipo de tecnología verde en su empresa que le ayude a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI)?

Acuerdo de París… ¿Lo estamos cumpliendo?

Ya hemos hablado sobre la contaminación tecnológica que existe en la actualidad y de la cual no muchas empresas están consientes. Aunque no lo crea, almacenar correos electrónicos sin leer por un prolongado tiempo, es una gran fuente de emisión de gases de efecto invernadero (GEI).

Boston Consulting Group (BCG) destaca que, así como la tecnología ha contaminado, también es la clave para reducir los GEI justo como lo plantea el Acuerdo de París para mitades de este siglo. Recordemos que este tratado internacional se propone limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2° centígrados.

¿Cómo piensan lograrlo? La UNFCC plantea que los países proponen alcanzar el máximo de las emisiones de GEI lo antes posible para lograr un planeta con clima neutro. Esto implica que las industrias en cada nación deben recorrer una transformación económica y social.

Pero el tiempo se agota, BCG también nos aclara que se debe lograr una industrialización masiva de dos a cuatro veces más rápido que las tecnologías ecológicas anteriores, como la energía solar fotovoltaica y la energía eólica terrestre, que han permitido la reducción de los gases de efecto invernadero.

Algunos ejemplos de tecnología verde

Probablemente reconoce los conceptos de energía solar y eólica, y a pesar de que hasta ahora se están implementando con mayor frecuencia, ¿sabía que este tipo de tecnologías verdes han avanzado y ahora existen muchas otras con mayor sofisticación?

Aquí le dejamos algunos ejemplos de cómo funcionan para que se anime a implementarlas:

  • Hidrógeno y combustibles sintéticos bajos en carbono: Combustibles que pueden almacenarse en estado gaseoso o líquido y distribuirse a través de gasoductos, pudiendo ser un sustituto del gas natural, y no emite gases de efecto invernadero en su combustión. Aun así, su explotación resulta bastante costosa y continúa en proceso.

  • Bioenergía: Su potencial es enorme, además de estar en constante crecimiento, permite utilizar diversos tipos de residuos orgánicos para convertirlos en energía de forma rentable y sostenible.

  • Eliminación de CO2: Encontramos 2 enfoques principales que son la captura y almacenamiento de carbono (CCS) y la captura directa de aire (DAC). El primero implica recolectar CO2 a medida que lo emite una gran fuente de contaminación para producir electricidad, mientras que el segundo tiene como objetivo absorber las emisiones directamente de la atmósfera.

  • CCUS: Captura, Almacenamiento y Uso del Carbono (CCUS, por sus siglas en inglés). Se trata de un conjunto de procesos tecnológicos que buscan reducir el CO2 de la atmósfera, capturándolo y almacenándolo de forma segura para su futuro uso.

  • Almacenamiento de energía: Uno de los pilares fundamentales de la transición energética, pues permite flexibilizar la producción de energía renovable y garantizar su integración en el sistema.

  • Construcción ecológica: Hablamos de procesos eficientes en el uso de recursos y ambientalmente responsables en el ámbito de la construcción para asegurar la sostenibilidad del edificio durante toda su vida útil.

  • Energía distribuida: En pocas palabras, se trata de la generación o el almacenamiento de energía eléctrica a pequeña escala, lo más cercana al centro de carga, con la opción de interactuar (comprar o vender) con la red eléctrica y, en algunos casos, considerando la máxima eficiencia energética.

  • Fábricas ecológicas: Por medio de practicas sostenibles, se trata de una planta de producción con un diseño y unos procesos de fabricación ecológicos que reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero, la contaminación ambiental y el consumo de energía.

El verdadero reto: implementación rápida y eficaz

Tras dar un pequeño vistazo a las nuevas tecnologías verdes que requieren ser implementadas en poco tiempo dentro de las empresas (y con apoyo de los gobiernos nacionales), entendemos que este proceso de industria no es sencillo y menos si se trata de las tecnologías más novedosas que siguen en evolución.

Volviendo al artículo de BCG: el hidrógeno bajo en carbono, cuando se adopta por completo, tiene el potencial de reducir alrededor del 25% de la brecha total a través de una variedad de aplicaciones, incluido el transporte pesado por carretera, equipos de minería, aviación y acero. Estas aplicaciones se encuentran en diferentes etapas de madurez, pero ninguna de ellas está lo suficientemente desarrollada como para soportar la industrialización masiva.

La bioenergía y la tecnología de construcción ecológica, por ejemplo, ya han alcanzado la etapa de adopción temprana, mientras que la eliminación de carbono y la mayoría de las tecnologías de fábricas ecológicas aún se encuentran en la etapa de prototipo.

Le dejamos el dato: si estas tecnologías van a desempeñarse para la reducción de las emisiones de GEI para 2030, deben ampliarse para alcanzar niveles de capacidad mucho mayores de los que poseen actualmente. Además, deben alcanzar esos niveles de capacidad y lanzarse al mercado dentro de los próximos tres a siete años, un intervalo de tiempo de dos a cuatro veces más corto del que requería en un inicio.

Si quiere saber de más estrategias para minimizar el impacto ambiental de la TI en su empresa, eche un vistazo a estos blog que tratan sobre el Greencode, cómo funciona la contaminación tecnológica e incluso puede profundizar sobre algunas estrategias de reducción en el siguiente podcast.