En los últimos años, las criptomonedas han emergido como un fenómeno global que ha capturado la atención de inversores e incluso de quienes nunca se habían interesado por negociar en diversas divisas.
Lo que comenzó como un experimento en la tecnología blockchain y la descentralización financiera, ha evolucionado rápidamente en un mercado volátil, causando asombro para muchos.
A medida que criptomonedas como Bitcoin, Ethereum, entre otras, han ganado popularidad, su adopción y regulación se han convertido en temas polémicos que abarcan desde debates técnicos hasta consideraciones legales y económicas.
Según el informe “Global Crypto Regulation 2023” de PwC, se presenta una gran divergencia en los enfoques regulatorios a nivel mundial.
Mientras algunos países han acogido las criptomonedas con brazos abiertos, reconociendo su potencial para la innovación financiera, otros han adoptado un enfoque más cauteloso debido a preocupaciones sobre lavado de dinero, evasión fiscal y protección al consumidor. Esta diversidad de enfoques crea un paisaje regulatorio complejo y fragmentado.
La Importancia de la colaboración internacional
Dentro de este panorama fragmentado, el informe de PwC destaca la creciente importancia de la colaboración internacional en la regulación de las criptomonedas. Dado que estos activos digitales trascienden las fronteras nacionales, la cooperación entre países se vuelve esencial para abordar los desafíos regulatorios de manera efectiva.
Iniciativas como intercambios de información y armonización normativa están cobrando relevancia.
“Es posible que las criptomonedas se hayan creado originalmente para operar sin control, pero la falta de un marco regulatorio global sólido para los activos digitales es perjudicial para el sector, la innovación y la protección del consumidor”, afirma Laura Talvitie, Senior Manager en PwC UK.
Desarrollos legales y normativos
En la actualidad, se han venido llevando a cabo una serie de desarrollos legales y normativos, que incluyen debates en torno a la clasificación de las criptomonedas (como activos financieros o commodities), la supervisión de los exchanges de criptomonedas y la emisión de stablecoins por parte de entidades privadas.
En octubre de 2022, el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) publicó una propuesta de marco y recomendaciones para la regulación internacional de los criptoactivos y los acuerdos globales de monedas estables.
Según PwC, El FSB identificó una serie de desafíos en torno a la aplicación nacional de la regulación y supervisión de criptoactivos:
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Los poderes regulatorios existentes y su alcance, así como las lagunas en la aplicación, incluyendo la cooperación transfronteriza.
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Riesgos relacionados con billeteras y servicios de custodia, operaciones comerciales, préstamos y actividades de endeudamiento.
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Uso extensivo de la Tecnología de Libro Mayor Distribuido – DLT (una copia del libro mayor de todas las transacciones que se realizarán en una base de datos virtual compartida).
En octubre de 2021, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) emitió una guía actualizada para un enfoque basado en el riesgo para los activos virtuales y sus proveedores. Su objetivo es ayudar a los reguladores a desarrollar directivas de regulación y supervisión para las actividades de activos virtuales y ayudar a los proveedores (VASP) a comprender y ejecutar sus obligaciones
Panorama en Latinoamérica
A medida que los países de la región buscan equilibrar la innovación y la seguridad, han surgido diversas aproximaciones regulatorias para abordar las criptomonedas y su impacto en la economía y la sociedad.
Se puede encontrar en América Latina diversas posturas en materia regulatoria, que van desde la adopción plena, hasta el rechazo y la prohibición.
“El único país de Latinoamérica que ha autorizado su uso es El Salvador, en donde el Bitcoin es reconocido como moneda de curso legar”, informa Worldsys, compañía que promueve el cumplimiento regulatorio y la prevención del lavado de activos.
Cuatro países de América Latina, entre ellos Argentina, se encuentran entre los 20 países con mayor adopción mundial.
Por el contrario, en Bolivia, el Banco Central tomó la decisión de prohibir el uso y comercialización de criptomonedas, y hasta hace poco tiempo, Ecuador tenía una postura similar.
La volatilidad inherente a estos activos digitales y su potencial uso en actividades ilícitas han llevado a la necesidad de medidas regulatorias más estrictas en ciertos países de la región. Además, la falta de claridad en algunos marcos legales puede generar incertidumbre para las empresas y los inversores interesados en operar en el espacio criptográfico.
La clase de activos globales, que aparentemente creció de la noche a la mañana, está cada vez más interconectada con el ecosistema financiero tradicional, con un impacto mayor en la estabilidad financiera. Los riesgos aumentan por el ritmo de la innovación y la falta de enfoque en la gestión de riesgos.
A medida que gobiernos, reguladores y la industria continúan navegando por este terreno en evolución, la colaboración y el diálogo serán fundamentales para lograr un equilibrio entre el progreso y la protección.