En los últimos años el concepto de cloud computing ha ganado muchos adeptos. La generación de plataformas de recursos compartidos y almacenamiento, es una de sus grandes virtudes. Sin embargo, las infraestructuras están mudando a una gestión de nube híbrida, para aprovechar aún más las bondades de la nube.
La nube híbrida combina entornos de nube publica con entornos de nube privada con el fin de aprovechar las particulares de cada una. Si bien se mantienen separadas, una interfaz de programación de aplicaciones (API) transfiere recursos de una nube a otra, dejando los temas más críticos en la nube privada y gestionando los demás en la nube pública.
Esta clase de infraestructura facilita la interoperabilidad al contar con recursos distribuidos en las dos nubes y cuenta con un potencial de escalamiento enorme; se pueden añadir cuantas unidades de procesamiento sean necesarias, facilitando un ‘modelado’ del sistema.
La compañía Vanson Bourne en Reino Unido encuestó a más de 3.400 tomadores de decisiones en temas de TI alrededor del mundo en el marco del Nutanix Enterprise Cloud Index; un estudio que confirma el interés de las grandes empresas del mundo por moverse a la nube híbrida.
Según los datos que recogió este informe, el 76% de los consultados consideró que la pandemia se está viendo de una manera más estratégica gracias a la labor de TI, mientras que el 86% aseguró la nube híbrida como su modelo de operación ideal.
Más allá de los beneficios que el enfoque híbrido pueda brindar a la infraestructura tecnológica, esta tendencia obedece principalmente a una perspectiva empresarial: son muchos los beneficios económicos y competitivos de integrarse a la nube híbrida.
“Los encuestados afirmaron que sus principales motivos para modificar las infraestructuras de TI son obtener un mayor control de sus recursos de TI, obtener la flexibilidad para cumplir con los requisitos comerciales dinámicos y mejorar el soporte para clientes y trabajadores remotos”, asegura el documento de Nutanix.
Por otro lado, las empresas que ejecutan entornos de nube híbrida afirmaron que planean hacer que su organización sea más ágil y buscarán formas de volverse más competitivas como resultado de la COVID-19, en comparación con las organizaciones que utilizan otros modelos de implementación.
Gracias a su modelo de infraestructura, podrán ofrecer opciones de trabajo flexibles y fortalecerán sus planes de continuidad comercial aun en medio de la pandemia. La infraestructura de nube híbrida ubica a estas compañías en una posición más favorable para lograr estos objetivos, en comparación con las configuraciones más tradicionales.
¿Es momento de moverse a la nube híbrida?
Que esta sea la tendencia, no quiere decir que debe adoptarla por que sí. Cada sector, cada compañía es un universo aparte y es indispensable responder primero a estas preguntas para saber si es el momento de moverse a la nube híbrida.
¿La compañía cuenta ya con una estrategia de cara a 2021? ¿En qué productos o servicios se invertirá activamente?
¿Cuenta con plataformas on-premise? ¿Será bueno mantenerlas cómo están? ¿Funcionan actualmente?
¿La empresa tiene expectativas de crecimiento? ¿Los recursos actuales servirán para desenvolverse en esas proyecciones futuras?
¿La organización tiene algún servicio de nube pública? ¿La seguirá utilizando en un futuro?
Volcarse a la nube puede ser una posibilidad importante para muchas compañías. ManageEngine cuenta con un amplio catálogo de soluciones en la nube que van desde herramientas para la gestión de servicios de TI, hasta la administración unificada de endpoints.
Si aún no es tiempo de una infraestructura híbrida, puede ser tiempo de ir integrando paulatinamente la gestión cloud en su organización. Prepárese e inicie el camino ahora, en temas de transformación digital es mejor estar a la vanguardia: 2020 fue un duro recordatorio de este aspecto.