“Usted quiere que sus hijos tengan cuidado al usar la estufa, pero también quiere que aprendan a cocinar ellos mismos.” – Michelle Icard
Los peligros para los menores han existido siempre, y aunque las redes sociales no son las principales causantes de todos estos riesgos, muchas veces si le facilitan el trabajo a los malos de la historia.
Desde material de abuso sexual infantil hasta acoso, drogas, tendencias virales letales, extorsión, trastornos alimentarios, problemas de salud mental y la lista continúa; todo esto vinculado al uso de las redes sociales.
La mayoría de estos temas estuvieron presentes en una audiencia en el Congreso de Estados Unidos el pasado 31 de enero. Casi cuatro horas en las que la atención estuvo en la seguridad de los niños en línea. Este debate contó con la presencia de los CEOs de Meta, TikTok, Snapchat, Discord y X.
Las propuestas mencionadas en esta audiencia están bastante lejos de hacerse realidad ya que las posibilidades de aprobar una ley pronto son bajas, pero el debate continuará intensificándose, impulsado por la necesidad de garantizar información precisa y completa para todos.
Así que mientras eso sucede, en vez de quitarle el teléfono a los niños, como mencionamos en el título, el Washington Post nos aconseja cómo hablar con nuestros hijos sobre los daños que acechan en las redes sociales.
1. Dar una contextualización 360
En lugar de enfocarse únicamente en las redes sociales, es fundamental hablar con los niños sobre temas más amplios como la seguridad personal, el manejo de las emociones y la construcción de relaciones sanas.
De igual manera, promueve el pensamiento crítico, enséñales a discernir información, identificar riesgos y tomar decisiones responsables.
El artículo no busca alarmar a los padres, sino brindar información crucial para que todos los involucrados puedan detectar y prevenir los peligros que acechan en las redes sociales.
2. Mantenerse al tanto de las amenazas
Para saber cómo prevenir, primero hay que saber qué prevenir:
Drogas por dm: Los traficantes utilizan las redes sociales para muchas cosas, entre esas, contactar a adolescentes, incluso preadolescentes. Publican anuncios, se comunican por mensaje directo o comentarios y aceptan pagos a través de aplicaciones populares. El mayor peligro actual reside en el fentanilo, una droga mortal que puede estar presente en cualquier sustancia.
Sextorsión financiera: Es vital enseñar a los adolescentes sobre las estafas en línea, especialmente aquellas que se dirigen a su grupo de edad. Los delincuentes se hacen pasar por otros jóvenes de su misma edad para obtener fotos comprometedoras y luego las usan para chantajearlos, exigiendo dinero a cambio de no publicarlas o enviarlas a sus familias.
Challenges riesgosos: Aunque muchos de estos desafíos son falsos, algunos pueden ser extremadamente peligrosos. Un ejemplo trágico es el “Blackout Challenge“, que llevó a la muerte por asfixia a una menor de 12 años.
Salud mental: Como todos sabemos, las redes sociales pueden tener un impacto negativo en la salud mental de los adolescentes. El contenido de fitness o de autoayuda puede promover comportamientos poco saludables como trastornos alimentarios o incluso el suicidio.
Además, el uso excesivo de las redes sociales y los teléfonos puede afectar el sueño y contribuir a la soledad. Por eso el siguiente punto.
3. Tener claro que todo en exceso es malo
Muchos tenemos el hábito de revisar el teléfono justo antes de dormir y lo mismo al despertar. Los expertos en salud mental coinciden en que el sueño es fundamental para el bienestar de todos, en especial de los adolescentes.
Sin embargo, la constante presencia de los teléfonos en sus vidas está poniendo en riesgo esta necesidad vital. Se estima que los estudiantes de secundaria deberían dormir alrededor de nueve horas por noche, pero la realidad es que los dispositivos electrónicos los mantienen despiertos hasta tarde, los despiertan temprano e incluso interrumpen su sueño.
Por eso se les recomienda a los adultos mantenerles estos dispositivos fuera del dormitorio y cargarlos lejos de su alcance. Además de poner limites en cuanto a la edad de introducirlos en el ambiente de las redes sociales.
La mayoría de plataformas requieren un mínimo de 13 años de edad pero los especialistas recomiendan retrasarlo al menos hasta los 14, ya que a esta edad empiezan a ser más escépticos sobre lo que ven y oyen.
4. Vigilar los algoritmos
Nadie nos asegura que las redes sociales de los niños están llenas de memes de gatitos bailando o de gameplays de videojuegos inofensivos.
Estas plataformas pueden ser un lugar genial para que tus hijos se conecten con amigos, aprendan cosas nuevas y se diviertan. Pero, también pueden ser un nido de contenido tóxico, como teorías conspirativas, mensajes de odio, misoginia, racismo y xenofobia.
Para tener más control sobre esto; pregúntales directamente lo que te preocupa, inicia una conversación casual sobre sus experiencias en las redes sociales. ¿Qué tipo de contenido ven? ¿Qué les llama la atención? ¿Con quiénes interactúan?
Y aprovecha para explicarles cómo funcionan los algoritmos, las redes sociales no son solo un tablón de anuncios donde se publica todo sin ton ni son. Usan algoritmos, que son como robots que seleccionan qué contenido mostrar a cada usuario. Estos robots se basan en las interacciones (likes, comentarios, shares) para decidir qué mostrar.
Explícales cómo este tipo de contenido puede afectar su autoestima, sus relaciones y su visión del mundo. Ayúdales a crear una experiencia en línea positiva.
Finalmente, el Washington Post resume estos consejos en abordar directamente el tema de las redes sociales con los niños con una aproximación completa que incluya educación en seguridad, prevención de amenazas específicas, control del uso excesivo de dispositivos y concientización sobre el impacto de los algoritmos en la experiencia en línea.