Redes sociales y salud mental

Actualmente no nos sorprende ver a los niños de muy corta edad con un teléfono en sus manos. Así como tampoco nos parece nueva la conversación sobre las redes sociales y su no tan buena relación con la salud mental.

Prepárate para el balde de agua fría que se viene.

Los pros y los contras del uso de redes sociales siempre han estado muy equilibrados. Está claro que nos permiten conectarnos con amigos y familiares, compartir nuestros pensamientos, experiencias, y estar al tanto de las últimas noticias, entre otras miles de cosas.

Lo sé, todo suena muy color de rosa. Pero llevamos años en los que los contras han tomado más protagonismo, y de eso hablaremos en este artículo; del impacto negativo del uso de las redes sociales en nuestra salud mental.

Los investigadores Makarin, Braghieri y Levy analizaron los datos de la Evaluación Nacional de Salud Universitaria, una encuesta semestral sobre la salud mental y el bienestar de los estudiantes universitarios en Estados Unidos. Los datos mostraron que los estudiantes que tenían acceso a Facebook tenían un mayor riesgo de ansiedad y depresión que los estudiantes que no tenían acceso a la red social.

Esta es solo una de las tantas plataformas digitales que existen y cada una, aparte de influir en la estabilidad mental de los usuarios, tiene sus propios puntos fuertes y débiles. Es importante ser consciente de cómo puede afectarte una red específica.

El resultado de compararnos

Imagina que estás en una fiesta. Te ves bien, te sientes bien y estás pasando un buen rato. De repente, ves una foto de un amigo en Instagram que está de vacaciones en una playa paradisíaca. La foto es perfecta: tu amigo está sonriendo, tiene un cuerpo increíble y está rodeado de gente guapa.

Instagram suele ser la red social en la que vemos la vida perfecta de las personas, viajes costosos, un lifestyle saludable, vlogs de días productivos, la vida ideal básicamente, y al conocer solo lo mejor de las personas, esto termina por hacernos sentir mal con nosotros mismos.

¿Por qué yo no luzco así? ¿Por qué mi vida no es así? Son preguntas que demás de plantear una comparación constante con los demás, terminan alimentando continuamente nuestros sentimientos de inferioridad.

Ansiedad y depresión 

El uso excesivo de las redes sociales, como Twitter, puede aumentar los sentimientos de ansiedad y depresión. Esto se debe a que es una plataforma diseñada para compartir noticias y opiniones, lo que puede llevar a una sobrecarga de información y a una sensación de estrés. Además, Twitter puede ser una fuente de acoso y toxicidad, que provoca sentimientos de malestar y aislamiento.

Parece tan simple como leer un tweet, estar en desacuerdo, escribir lo primero que se te pase por la mente, y oprimir el botón de “publicar”.

Un ejemplo de esta acción pero multiplicado por mil, es el caso de la periodista Cristina Fallarás, quien usó esta red social para alzar su voz y la de millones de mujeres más con el hashtag #Cuentálo. Debido a ello se convirtió en un blanco clave para los acosadores anónimos quienes por medio de comentarios y amenazas la llevaron a sufrir de ansiedad y depresión.

Estos ataques la obligaron a dejar de usar Twitter durante un tiempo. “Fue una decisión muy difícil, pero necesitaba protegerme”, dijo en una entrevista. “No podía seguir leyendo las cosas que me decían”.

Los ataques a Fallarás son un ejemplo de cómo el acoso en redes sociales puede provocar sentimientos de ansiedad, depresión, aislamiento y miedo.

De la satisfacción a la dependencia

Una de las principales preocupaciones de los usuarios de cualquier red social es el FOMO, o “miedo a perderse algo”. Este fenómeno se caracteriza por la sensación de que siempre hay algo mejor que estamos haciendo, o que estamos perdiendo algo importante. Esto puede llevar a un uso compulsivo y dependiente de las redes sociales, con el fin de estar siempre actualizados de todo lo que ocurre.

También podemos hablar de otro tipo de dependencia, en este caso nos referimos a esa necesidad de likes, seguidores y aprobación de los demás.

En TikTok, por ejemplo, esta red social en la que cualquiera se puede hacer viral, los usuarios obtienen likes y seguidores publicando videos que muestren su vida cotidiana, sus habilidades o simplemente su reacción hacia otro tiktok.

Esto puede generar una sensación de satisfacción y logro cuando los videos reciben una buena respuesta. Sin embargo, cuando no es así, la frustración e inseguridad se asoman y terminamos dándole más valor a lo que no deberíamos.

Entonces, qué hacemos?

Si te preocupa el impacto de las redes sociales en tu salud mental, hay algunas cosas que puedes hacer y que están a tu completo alcance.

En primer lugar, hay que tener claro que todo en exceso es malo, limita el tiempo que pasas en línea, establece un tiempo máximo al día para usar las redes sociales y apégate a él.

En segundo lugar, evita compararte con los demás, recuerda que las redes sociales solo muestran una versión idealizada de la realidad. Todo tiene filtros, todo se puede editar, y todo está creado a partir de la apariencia, únicamente.

Y en tercer lugar, conéctate con personas de la vida real, el placer real de vivir es estar presente. En resumen, convierte a las redes sociales en ese mejor amigo que todos merecemos tener.

  1. tester

    good one