¿Qué es el protocolo DHCP y para qué sirve?Originalmente, el trabajo de un administrador de la red consistía en configurar manualmente las direcciones IP y otros parámetros de red para cada dispositivo de la red su organización. Sin embargo, esto se vuelve cada vez más tedioso y difícil a medida que crece la red. La pandemia tan solo ha contribuido a dicho crecimiento.

Políticas para mejorar la productividad, tales como la de “traiga su propio dispositivo” (BYOD), obligan a los administradores de redes de TI a estar constantemente asignando direcciones IP. Por fortuna, su tarea es facilitada gracias al protocolo DHCP.

 ¿Qué es el protocolo DHCP? 

El protocolo de configuración dinámica de host o Dynamic Host Configuration Protocol (DHCP) es un protocolo, valga la redundancia, que puede asignar direcciones IP de forma automática y dinámica. Este proceso se basa en un modelo cliente-servidor.

El dispositivo que desee conectarse solicita la configuración IP a un servidor DHCP por medio de un permiso. El servidor consulta una base de datos que contiene la información de configuración TCP/IP y la suministra cuando los clientes la solicitan.

Además de direcciones IP, el servidor puede asignar los siguientes parámetros:

  • Máscara de subred (255.255.255.0)

  • Gateway estándar (192.168.0.1)

  • Servidores DNS (192.168.0./)

  • Configuración proxy por WPAD (Web Proxy Auto-Discovery Protocol)

 ¿Cómo surgió? 

El DHCP nació como una extensión del protocolo Bootstrap (BOOTP). Este último se definió por primera vez en septiembre de 1985 en RFC 951 como reemplazo del protocolo de resolución de direcciones inversas RARP. Sirve para conectar dispositivos como terminales y estaciones de trabajo sin disco duro con un Bootserver.

El DHCP se desarrolló como una solución para redes de gran envergadura y ordenadores portátiles. A diferencia de BOOTP, puede asignar automáticamente direcciones IP reutilizables e incluir datos de configuración de red para el cliente.

DHCP fue definido como un protocolo de seguimiento estático en la RDC 1531 (1993) y su implementación actual para IPv4 está en la RFC 2131 (1997).

 ¿Para qué sirve y cómo funciona? 

Todo dispositivo en una red TCP/IP debe tener una dirección IP unicast para acceder a la red y sus recursos. Sin el DHCP, las direcciones para nuevos dispositivos o aquellos que son trasladados de una subred a otra deben ser configurados manualmente.

Con el protocolo DHCP, todo este proceso es automatizado y administrado de forma unificada. El servidor DHCP mantiene una piscina de direcciones IP y presta una a cualquier cliente con DHCP habilitado cuando se inicie en la red.

Una de las ventajas de DHCP es la posibilidad de gestionar la asignación de direcciones IP mediante permisos. El administrador de red establece servidores DHCP que mantienen información de la configuración TCP/IP y proveen configuración de acceso a clientes con DHCP habilitado en la forma de una oferta o permiso de alquiler.

Gracias a esta gestión dinámica, las direcciones que no estén en uso son devueltas a la piscina para una futura reubicación. Esto no quiere decir que no puedan ser asignadas de forma permanente. Esto es lo que se conoce como una IP estática.

 ¿Cuáles son los beneficios del protocolo DHCP? 

El protocolo DHCP ofrece los siguientes beneficios:

  • Configuración confiable de direcciones IP. El protocolo DHCP minimiza errores causados por la configuración manual de direcciones IP. Estos incluyen typos y conflictos causados por la asignación de más de una dirección a un dispositivo.

  • Administración de red reducida. El protocolo DHCP incluye las siguientes características para facilitar la administración de redes:

    • Configuración TCP/IP centralizada y automatizada

    • Habilidad de definir configuraciones TCP/IP desde una locación central

    • Capacidad de asignar todo un rango de valores de configuración TCP/IP adicionales a través de opciones DHCP

    • Manejo eficiente de direcciones IP cambia para clientes que deben actualizarse frecuentemente, tales como aquellos para dispositivos portátiles que se mueven a distintas posiciones en una misma red.

    • Reenvío de los mensajes DHCP iniciales empleando un agente relé DHCP, que elimina la necesidad de un servidor en toda subred.

  • Compatibilidad con clientes BOOTP. El servidor DHCP puede responder a las solicitudes de clientes BOOTP y DHCP. Los clientes BOOTP reciben una dirección IP y la información que necesitan para iniciar desde un servidor.

  • Compatibilidad con clientes locales y remotos. BOOTP permite reenviar mensajes de una red a otra. DHCP aprovecha esta función para transferir solicitudes BOOTP a servidores que no se encuentren en la red del cliente. El servidor DHCP también se puede configurar como agente de reenvío de BOOTP.

  • Inicio de red. El servidor DHCP puede facilitar a un cliente toda la información que necesita para funcionar. Esto incluye la dirección IP, el servidor de inicio y la información de configuración de red. Dado que las solicitudes DHCP se pueden reenviar por subredes, es posible usar menos servidores de inicio en la red.

  • Amplia compatibilidad de red. El servidor DHCP utiliza varios subprocesos para procesar a la vez múltiples solicitudes de clientes. También admite almacenes de datos optimizados para administrar grandes cantidades de datos. Este tipo de almacén permite la compatibilidad para cualquier base de datos que se necesite.

  • Uso óptimo del espacio de direcciones IP. Al asignar direcciones IP a los dispositivos de una red de forma manual, se podrían desperdiciar. Con la asignación dinámica de direcciones, esto puede evitarse.

  • Escalabilidad. Los routers DHCP admiten la escalabilidad de la red.

A pesar de la antigüedad del protocolo DHCP, sigue siendo vital para la infraestructura de TI. Hace que el trabajo de los administradores de la red sea mucho más sencillo. Incluso si esta tecnología próximamente se tornará obsoleta, mientras tanto se asegura de que todos aquellos que se conectan a la red puedan hacerlo sin mayor problema.